miércoles, 11 de junio de 2014

DESNUTRICIÓN INTELECTUAL


Flor de calabaza hembra
Tengo la gran suerte de poder trabajar mi propio huerto, es pequeño, una extensión al alcance de mis fuerzas y de mi tiempo, lo justo para que no falte ni se desperdicie nada de la energía que la naturaleza y yo invertimos en él.
De todos los placeres de la vida este es quizás uno de los más rentables - y no lo digo porque se pueda hacer negocio vendiendo el producto. Yo lo consumo mismamente; hago conservas si no puedo consumirlo a tiempo y regalo alguna pequeña parte a gente amiga y familia
La rentabilidad de un huerto tiene múltiples beneficios, pero hay que estar al loro y desmenuzar cada parte de la rentabilidad hasta encontrar la suma total que alimenta el cuerpo e incrementa de la sabiduría.



Flor de calabaza macho y abeja polinizando
Estar al loro es una expresión vulgar que en síntesis significa poner la mano de obra, la conciencia, el conocimiento y el amor necesarios para que unos simples vegetales dejen la simplicidad y se conviertan en lo que milagrosamente son. Un milagro de la naturaleza.
Tal milagro tiene su explicación desglosando su misterio, pasando a ser una labor en la que intervienen todos los elementos de la naturaleza y algunos responsables cuya colaboración es imprescindible para que las semillas emerjan como tallos, los tallos se llenen de hojas y de las hojas broten flores...y éstas acaben siendo un alimento cuya finalidad es la de colaborar a que las personas sigan existiendo.

Tomate pera
El arte de sembrar y cosechar ha ido dejando paso a la industrialización, perdiendo en la costumbre y la rutina la belleza y el agradecimiento de una misión tan primitiva como la misma vida. El agricultor conoce su oficio. Conoce el tiempo de siembra y recolección, que abonos son necesarios, que química protectora actuara de defensa, envenenando el producto, la tierra y el ambiente, repercutiendo en la salud humana y desnaturalizando cada vez más lo natural del proceso.
Las grandes empresas tiene siempre como desventaja la pérdida de lo natural, por falta de mano de obra para el mantenimiento. Las prisas y el interés por una mayor producción eliminan cualquier arte y cualquier interés por mimar y agradecer, observar y aprender, involucionando en pos de la evolución.
Esto sucede porque cada vez es mayor la demanda, cada vez mayores las exigencias y con el invento de la globalización, la facilidad de intercambio y el efecto de los invernaderos podemos comer todo el año todo tipo de frutas y verduras, insípidas, maduradas sin sol y plasticosas.

Maíz dulce
Todos deberíamos disponer de un pequeño espacio, tan pequeño como un balcón o un ático donde poder sembrar y cosechar; unas macetas grandes o un acoplamiento parcelado, aprendiendo y admirando a un tiempo un proceso maravillosos que alimentaria nuestro cuerpo y nuestro intelecto, haciendo de la comida un placer doblemente alimenticio.
Yo vivo en el campo, en una casa de alquiler donde puedo disponer de un trozo de terreno. Todo es puramente ecológico, cuido y mimo todo como si de mi cuerpo se tratara.
El trabajo del campo siempre ha estado mirado como un oficio inferior, para gentes rudas y escasas. Sin embargo en tiempos de penuria saber plantar y cosechar nos resuelve la vida, más que ser un experto en informática. Conocer el valor de una semilla es potenciar la supervivencia.
Es un trabajo relajante y entretenido, cada día se aprende algo y se aporta una mejora.Para todos esos que se aburren, que no saben que hacer con su tiempo, que vegetan, pudiendo sembrar vegetales, recibiendo a cambio un placer fecundo y fértil.
En las escuelas se enseña de todo, pero se omite la agricultura, tal vez alguna referencia en ciencias naturales, pero sin práctica, esencial para conocer a fondo.

Cebolla
Tierra, agua y sol son los elementos imprescindibles, también el viento que limpia, sacude y siembra. El fuego- determinante- para el sacrificio de la consumación-consumición.

Las semillas permanecen largo tiempo ivernando en algún recipiente oscuro y silencioso. Impacientes esperan el día de multiplicarse, dividirse, sumarse y restarse. Tienen, en su comprimido espacio, toda la consciencia del universo, conocen su misión pero desconocen su destino.
Me imagino su placer cuando, liberadas, se envuelven de tierra sintiendo la humedad del agua y el condimento del sol. Como se desperezan y abren , como perforan la tierra con sus raíces, hacia abajo, y elevan sus tallos, respirando y liberando oxigeno
Cuando las tengo en mi mano solo veo pequeñas e indefensas acumulaciones de átomos, todos de distintas formas y tamaños. Un potencial fructífero y sensible.
Preparo la tierra acolchada y la abono con estiércol, con detritos naturales. Trasplanto los esquejes o siembro directamente las semillas, como por ejemplo las del maíz ,judías ,calabazas...
Sigo diariamente el proceso de crecimiento. Cada día, al levantarme, lo primero que hago es un ejercicio de contemplación. Y miro y remiro detenidamente pensando y analizando. Ese es mi tiempo de meditación.

Parte del huerto
La calabaza es enorme, no para de expandirse invadiendo todo el terreno a su alcance. Cuando sus flores han polinizado las recojo y las rebozo con tempura , las frio en aceite de girasol, el de oliva es demasiado denso, a veces las relleno con un pequeño trozo de queso fresco de cabra. Son una delicia, pero hay que quitarles el sexo, que esta en la parte de trasera, porque es amargo. La misma planta da flores macho y hembra.
La abejas, importantes trabajadoras, encargadas de polinizar, llenan las flores yendo y trayendo orgasmos aéreos, que serán los que fecundaran los frutos. Si exterminamos las abejas cometemos un terrible crimen contra toda la humanidad, ellas son las principales operarias para que los frutos crezcan. Aunque imagino que ya existen otros medios para sustituirlas, experimentos preventivos llevados a cabo por el conocimiento mismo del enorme poder de destrucción humana.
Primero semilla, después tallo recubierto de hojas y flores. Flores que se transforman en frutos, frutos repletos de semillas, semillas que sucumben y acaban en vertederos, o en el estómago de algún ovíparo; con suerte caen en suelo fértil, o son transportadas por el viento. Tal vez, con esperanza, se dejen reposar en un recipiente hasta que envejezcan y vuelvan a ser sembradas.
Ciclo interminable de siembras y recolectas. Ciclo vital para la manutención humana que se nutre sin paladear el enorme esfuerzo que hace la vida para que todos sigamos existiendo. Todas las semillas provienen genéricamente de las primeras,el misterio inescrutable es conocer el origen de las primeras.


Abeja polinizando melones
En mi opinión, devoramos, mas que comemos. Ingerimos rutina desconociendo el valor de cada cosa que nos mantiene en vida.


Judias
Hay semillas suficientes para sembrar todo el planeta, insistiendo en los lugares con más hambruna. Enseñando a las gentes a plantar y cosechar, con cursos de formación.
Hay sol para todos, incluso en los países con más hambruna y es gratuito. Hay agua que puede ser trasladada, encauzada, encarcelada en pantanos, encontrada en perforaciones y suministrada. Hay tierra presta para ser abonada, con la cantidad de desechos orgánicos que acumulamos los del primer mundo hay abono de sobras para el tercero.
Hay políticas y políticos incompetentes que no saben o no conocen o prefieren ignorar que hay posibilidad de acabar con la miseria, con la hambruna y con el problema de la emigración, solo utilizando la lógica y la sabiduría además de la consciencia.
Pero si somos incapaces de analizar lo que comemos, de saber como se produce, de pensar en el esfuerzo común de todos los elementos para sostenernos y eternizarnos...difícilmente podremos concienciar al capitalismo de que el consumismo es un deterioro de la vida natural, de que el mayor consumo seria que todos, sin descartar a nadie, pudiésemos ser consumidores igualitarios, abastecernos de las necesidades obligatorias...y déjense de mentirnos con los derechos humanos, a ellos les enriquecen las miserias, a nosotros nos mantienen , a otros les matan. Todos somos beneficiarios directos de la hambruna...y sin remordimiento ni juicio. Nadie esta a salvo de pasarse a un nivel inferior,ellos deciden.







2 comentarios:

maria candel dijo...

Gene, que envidia me das, siempre quise tener un huerto y el tuyo es precioso y abundante. Yo también soy sembradora, en el balcón de mi casa tengo perejil, ají picante,tomillo y romero, no sabes la ilusión que me da utilizar mis propios condimentos, es una gozada, entiendo que lo disfrutes tanto...
Un fuerte abrazo amiga
Me encanta la flor de la calabaza

Josep dijo...

Hola Gene, avui he pogut entrar, serien coses de la modernitat. Una porta de fusta és molt més fàcil. El teu hort em continua agradant força.

Un petó.